La escena homebrew posee una relación muy estrecha con los videojuegos retro debido a que muchos desarrolladores independientes de manera profesional o amateur hacen sus creaciones rescatando características de títulos o de fórmulas que fueron exitosas muchos años atrás. Una de las eras más recordadas y homenajeadas es la de los 8 bits debido a que en esta época, los videojuegos comenzaron a evolucionar de forma vertiginosa haciendo que llegaran a convertirse en una forma masiva de entretenimiento al alcance de todo el mundo. Por lo que un programador llamado Joseph White quiso rendir un homenaje a esta era de los videojuegos no lanzando un videojuego como dictarían los cánones, sino desarrollando una consola de videojuegos virtual la que todo el mundo pudiera producir sus propios títulos con las características y limitaciones que poseen los equipos de 8 bits de una forma muy flexible y divertida.
PICO-8 es una “consola de fantasía” como el mismo White la describe que se inspira en consolas y computadoras personales que le permite crear títulos que bien pudieron aparecido en equipos como la Aple II, Atari 2600, Atari 5200, Atari 7800, BBC Micro, Commodore 64, Commodore Amiga, MS-DOS, Nintendo Game Boy, Nintendo Famicon/NES, Sega Master System e incluso en teléfonos móviles de hace varias generaciones atrás.
Entre las funciones que PICO-8 pone a la disposición para desarrollar videojuegos tenemos un editor de código Lua que es el lenguaje de programación basado en BASIC que utiliza, un tracker para crear la música y los efectos de sonido, un editor gráfico para realizar los sprites y los mapas de los títulos sin tener que recurrir a otras herramientas externas, lo que hace bastante accesible para quienes deseen animarse a crear su primer título.
Respecto a las especificaciones nos encontramos con que PICO-8 posee una resolución de 128 x 128 píxeles con una paleta de 16 colores en donde se pueden dibujar sprites de hasta un tamaño máximo de 8 x 8 píxeles, el sonido solo tiene a su disposición cuatro canales que son compartidos por la música y los efectos de sonido, pero que tienen la ventaja de poseer un rango amplio de patrones de onda que pueden ser utilizados de forma estratégica para paliar dichas limitaciones mientras que los controles son dos joysticks emulados que se desplazan en cuatro direcciones con dos botones de acción y el sistema de almacenacenamiento de ROM’s son archivos PNG, lo que da como resultado una consola de 8 bits que soporta cartuchos ROM de 32 kb si fuese real, ya que en las mismas palabras de White estas limitaciones fueron cuidadosamente establecidas para que pudieran proporcionar un divertido reto a la hora de programar títulos que puedan compartir con sus familiares, amigos y ¿por qué no? Publicarlos en internet, ya que gracias a la enorme compatibilidad que tiene PICO-8 con Windows, Mac, Linux, Raspberry Pi e incluso con HTML5 le ha permitido disfrutar de una enorme comunidad compuesta por personas de todas partes del mundo que diariamente la proveen de nuevos y fascinantes títulos además de interesantes demakes y tributos de forma completamente gratuita aunque PICO-8 posee una licencia que ronda los 15 dólares que puedes adquirir aquí.
Curiosísimo, la verdad. Incluso me ha entrado el gusanillo de volver a programar, como hacía cuando tenía el MSX. Pero la falta de tiempo lo hacen imposible. De cualquier forma una iniciativa de lo más interesante. Estupendo artículo, enhorabuena.
ResponderEliminarYo también ando en esas, pero si consigo un hueco lo hago, ya que la programación es bastante sencilla. Gracias por pasar. :)
EliminarCuando he leído que el lenguaje de programación es BASIC me ha entrado ganas de hacer algo, falta el tiempo.
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